Muerta

Era una noche fría y solitaria en la que los copos de nieve empezaban a caer con delicadeza sobre los edificios grises de un aspetco moderno y descomunal, pero a la vez pobre. Aullidos lastimeros recorrían las calles como una melodía fúnebre.Tumbada en el asfalto y mirando al cielo, con semblante pálido y afligido, estaba ella, la que alguna vez tuvo la mirada alegre y llena de vida, convertida ahora en una mirada oscura tapada por una cortina de lágrimas. La que una vez llenó sus manos de regalos y alimentos. La que recorría cada continente expandiendo sus alas llenas de vida. La que dio cobijo a todo ser vivo y vio como iba creciendo el mundo bajo su manto. Ahora, en una cárcel de cemento y metal, contempla el mundo en el que un día vivió feliz y en paz.


Fdo. La Figa Vegana

Chapa y pintura

Entre cigarrillos...

Desconocido abismo

Hambrienta del viento