Fuero interno

 Un fuero interno que repica, suave y lento, me susurra. Cierro los ojos y atiendo el latido. A mi izquierda unos tambores reverberan, me hacen vibrar y mis párpados trémulos se alzan. Delante de mí unos hilos ondulantes que se expanden. Un fuero interno que reluce, titila y refleja, me nubla la vista. Me rozo la piel y observo que aumenta mi temperatura. A mi derecha una brisa que me eriza el vello al contraste. Mi boca se abre y exhala repiques de mis cuerdas al viento. Los hilos se enredan entre mis dientes y mi lengua prueba el sabor del reflejo del sol. Me acuclillo mientras los hilos quedan suspendidos arrastrando palabras resguardadas en mi garganta. Me tumbo en la hierba con la nariz rozando el barro entre las hojas. Entonces la brisa me eleva unos centímetros del suelo, mi cuerpo traspasa una fina y húmeda capa, y mi cuerpo queda flotando a tanta distancia del barro que me es imposible discernirlo entre las nubes con tintes cálidos. Extiendo las extremidades todo lo que dan de sí mis fibras musculares y por debajo de mí se acerca un reguero de energía que mantiene alzado mi fuero interno.


Fdo. La Figa Vegana

Chapa y pintura

Entre cigarrillos...

Desconocido abismo

Hambrienta del viento