Temblando de ira

Domingo de descanso con apetecibles lecturas interrumpido. 

Una vez más. Otro grito desgarrador de una mujer pidiendo auxilio, la está golpeando y arrastrando a lo que supuestamente es un hogar. Mientras, la criatura que nació de su vientre llora desconsolada. Las vecinas se asoman con preocupación e impotencia. Yo soy una de ellas. Escucho a los hombres hablar. “¿Qué puerta es que estoy llamando a la policía?”; “Vaya hijo de puta, la va a matar”; “¡Ye Paco!  ¿Cómo estás?”. Encogida en mi balcón me quedo inmóvil mirando el patio de luces y, sobre todo, el balcón de la mujer. Me viene el recuerdo de uno de los hombres que habla y una mujer que había pedido auxilio en su balcón hacía unos meses porque la retenía en su casa. Otro recuerdo. Esta vez muchos, pues la voz del hombre más cercano a mí me lleva a los gritos de su mujer cansada acusándolo se ser un borracho que gasta todo el dinero y no aporta absolutamente nada en casa. Encogida en mi balcón me quedo temblando de ira.

Fdo. La Figa Vegana

Chapa y pintura

Entre cigarrillos...

Desconocido abismo

Hambrienta del viento