Un agujero en mi camino

Cae como la noche helada, agarrotando cada músculo de mi cuerpo débil e impotente. Miro a mi alrededor y no sé distinguir entre la oscuridad acechante. Me asfixio, me siento atrapada y me envuelvo en la más pura incertidumbre. Acostumbrada a temer lo que me rodea, estoy cansada. Alzo mis manos con valentía para acariciar la nada. Todo tiembla, pero sólo es mi cuerpo el que mantiene la danza. Busco, indago en la noche sin estrellas pues siento que me falta algo. Lo encuentro, pero sólo es un agujero muy profundo. Me angustio y siento que me falta el aire, pues el orificio se va tragando todo lo que me rodea, como el oxígeno. Palpo los bordes para sujetarme y de repente siento tranquilidad. Una red perfecta y bella va tapando la abertura, una red que va iluminando el camino que he recorrido. Unas manos la tejen, a la vez que me sujetan para no caerme dentro de la nada. Mi cuerpo va renaciendo, lleno de vida y pasión. Mi mente lúcida vislumbre la persona dueña de esas manos perfectas. Es alguien que se ha unido a mí en el camino, pero que no he distinguido por culpa de la oscuridad. Ahora aferro su manos y sólo puedo pensar en que nunca se suelten.


Fdo. La Figa Vegana

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