Indiferencia
¿Por qué el ser
humano tiene deseos de vivir? ¿Puro instinto de supervivencia? Cuando la propia
consciencia de nosotras mismas nos hace dudar puede quedar la mera
indiferencia. Si es así, la pura indiferencia, entonces sólo residirá esa intrínseca
naturaleza de supervivencia. Cuando el apagón de los sentidos deja paso al
consciente pensamiento, de lo humano, lo pervertido, lo calculado, lo impuesto,
lo medido por todas nosotras, ¿es suficientemente fuerte ese instinto? Será
que el mundo no ahonda en la absoluta indiferencia, pues siempre se cubre con un manto de sangre. Entonces se espera la muerte, se desea sin razón
alguna para dejarse llevar por la indiferencia. Sí, hablo del suicidio, una indiferencia enmascarada, que no es la plenitud total de la hastiada
ausencia de alma. Puede parecer el tiempo una mera forma, insatisfecha, sin
consecuencias ante lo impasible ¿No es el propio deseo a la muerte un quiebro
de la indiferencia? Escritos desdichados, pasionales, racionales, filosóficos,
históricos, científicos... todos movidos por algún deseo y criterio. Una indiferencia en el alma no puede desligarse de la mente y la salud ¿Se puede atar por completo
a la indiferencia lo intrínsecamente humano? ¿Por qué es, sino, el fin algo tan atractivo para la nada?
Fdo. La Figa Vegana