Cada vez

A veces pienso que todo esto no tiene sentido. Que todos mis pasos se pierden con el viento que aúlla en el crepúsculo de mis sentimientos. Mis piernas se estremecen incapaces de continuar. Una niebla asfixiante se apodera del lugar. Me paro y cada vez veo el camino más largo. Entonces unas raíces llenas de mugre, procedentes de las entrañas del mundo, se entrelazan sobre mi cuerpo inmovilizándome cada vez más, y más... Consiguen alcanzar mi cara, cubriendo cada parte de ella, sin dejarme ver, sin dejarme chillar. Millones de voces me dicen que las tengo que escuchar. Noto como intentan proseguir su marcha hasta el fondo de mis pensamientos, inyectando dolorosas dosis de oscuridad, corrompiendo cada uno de los hilos que unen mi identidad.

Me encuentro sola en el camino, cansada y sin motivo por el que luchar. Montones de imágenes pasan por mi mente, cada vez más borrosas, cada vez más efímeras. Pero consigo fijarme en algo. En el amanecer de una palabra, el recuerdo de una sonrisa, la esperanza de un deseo, el sentimiento de un beso... y algo se rebela en mi ser. Escucho la pequeña voz de mi interior, cada vez más alta, cada instante más poderosa. Y comprendo que puedo respirar, que mis ojos se pueden abrir, que mi voz puede salir con intensidad. Las raíces ya no están y puedo ver el final del camino con insultante facilidad. Cada vez más cerca de la felicidad.

Fdo. La Figa Vegana

Chapa y pintura

Entre cigarrillos...

Desconocido abismo

Hambrienta del viento